Tradición e historia de la devoción de Nuestra Señora de El Salto en Latacunga
En nuestros recorridos por la serranía ecuatoriana, visitamos la ciudad de Latacunga, una atractiva urbe con calles adoquinadas precisas y estrechas, bordeadas de moradas clásicas, gente muy cálida, amable y devota a Nuestra Señora de El salto.
Ubicada en la plaza del Barrio El Salto de Latacunga, frente al mercado municipal al Centro Comercial Popular. Se impone una llamativa representación a Nuestra Señora de El Salto.
La tradición señala a una acción milagrosa, como el punto de inicio para la festividad de esta advocación a la Virgen: “pasaron los años, algunos niños descubrieron que la piedra usada para saltar el río Yanayacu era pintado con el rostro de la Virgen María. El pueblo la sacó y levantó una nueva capilla. Así se procedió en el sentido afectuoso y por la tradición religioso popular, a edificar en ese punto una modesta capilla en honor a Nuestra Madre del Cielo en su advocación de El Salto, la que poco a poco se convirtió en sitio obligado de romería.
La devoción a Nuestra Madre María siguió creciendo y hoy en día; “La observamos sedente, estrechando su brazo derecho hacia su Hijo Divino, de pie sobre su falda; con el izquierdo se muestra afable con el glorioso San Juan Bautista, que abrazado a su corderito, se arrima a la rodilla afable de la Soberana María”
La Virgen bellamente coronada, viste túnica roja y manto azul salpicado con flores doradas. El rostro de “La Perla de Latacunga” es trigueño y sus ojos, negros y grandes flechan las miradas del devoto espectador.
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