Audiencia General Papa Leon XIV del 20 de agosto 2025
El perdón que libera
En su audiencia general del 20 de agosto de 2025, el Papa León XIV invitó a los fieles a reflexionar sobre el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Jesús, centrándose particularmente en el concepto de "preparación". A través de un pasaje del Evangelio de Marcos, en el que los discípulos preguntan a Jesús sobre la preparación de la comida pascual, el Papa profundizó en el significado de este acto y su relación con la vida cristiana.
1. El acto de preparar: un llamado a la disponibilidad espiritual
El Papa comenzó su reflexión mencionando el Evangelio de Marcos, donde los discípulos preguntan a Jesús: “¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?”. Aunque es una pregunta práctica, el Papa señaló que encierra un profundo significado espiritual. Los discípulos intuían que algo importante estaba por suceder, aunque no conocían los detalles. La respuesta de Jesús, que parecía enigmática, les indicaba que debían ir a la ciudad y encontrar un hombre con un cántaro de agua. Este gesto, que para la época era poco habitual en los hombres, señala cómo Dios prepara los caminos antes de que nosotros los reconozcamos.
La preparación de la Pascua, según el Papa, no es una cuestión de azar, sino de un amor intencionado. Jesús no afronta su pasión por fatalidad, sino por una decisión libre y consciente. La "sala preparada" para la última cena simboliza cómo Dios siempre nos precede, incluso antes de que nosotros sepamos que necesitamos un lugar para recibirlo, Él ya ha dispuesto un espacio en nuestros corazones, esperando ser acogido.
2. La gracia y la responsabilidad humana
El Papa subrayó que la gracia de Dios no elimina nuestra libertad, sino que la despierta. Aunque Jesús ya ha preparado la Pascua, la cual es la manifestación del sacrificio y el amor divino, nos invita a colaborar en ese proceso. La gracia no anula nuestra responsabilidad, más bien, la fecunda y nos invita a hacer nuestra parte en la preparación de ese encuentro con Él.
Es esencial reconocer que la gracia y la libertad humana no son contradictorias, sino que se complementan.
Preparar la Pascua, tanto en sentido litúrgico como personal, no se trata simplemente de aumentar actividades, sino de hacer espacio para Dios en nuestras vidas. El Papa destacó que a menudo confundimos "preparar" con "hacer más", cuando en realidad la preparación espiritual implica quitar lo que nos sobra, eliminar las expectativas irreales y permitir que nuestro corazón se convierta en un lugar adecuado para la acción de Dios.
3. El amor anticipado y el perdón
El Papa reflexionó sobre el amor de Jesús, quien, a pesar de la traición y el abandono de sus discípulos, prepara la cena de la Pascua para todos ellos. Este amor no espera una respuesta inmediata ni perfecta; se ofrece sin condiciones y de manera anticipada. De igual forma, el perdón de Jesús es un perdón anticipado, que se otorga sin esperar que el otro lo pida. Jesús nos enseña que el amor verdadero no se basa en lo que recibe, sino en lo que da. El Papa resaltó que este es el modelo de amor que debemos seguir en nuestras vidas: un amor que perdona antes de ser perdonado, que da sin esperar retribución.
El acto de perdonar, según el Papa, es una forma de preparar el corazón para la Pascua. Nos invita a cuestionarnos: ¿qué espacios de nuestras vidas necesitan ser reordenados para acoger al Señor? ¿Qué pasos podemos dar para vivir más plenamente en la comunión con Dios y con los demás?
4. La preparación de la Pascua en nuestra vida cotidiana
El Papa concluyó su reflexión señalando que la Eucaristía no es solo un acto litúrgico, sino una invitación a vivir cada momento como una ofrenda de acción de gracias. Cada pequeño gesto de amor, cada acto de perdón, cada esfuerzo en la vida cotidiana puede convertirse en una forma de preparar un espacio para Dios. La vida cristiana, dijo el Papa, no es simplemente un cumplimiento de normas o rituales, sino un camino de apertura al misterio del amor divino que nos precede y nos transforma.
El amor de Dios nos invita a preparar un lugar en nuestros corazones, a vivir con confianza serena y a aceptar las circunstancias de la vida como un espacio para el encuentro con Él. Si acogemos la invitación a preparar un lugar para la comunión con Dios, descubrimos que estamos rodeados de signos, palabras y encuentros que nos orientan hacia la verdadera Pascua, un amor infinito que nos sostiene.
Conclusión
La reflexión del Papa León XIV en esta audiencia general nos invita a entender la "preparación" como un acto de humildad, de disponibilidad y de apertura a la gracia de Dios. Preparar la Pascua en nuestra vida no significa hacer más, sino hacer espacio para el amor divino que siempre nos precede. La verdadera preparación espiritual es la que nos permite vivir en libertad y responsabilidad, como colaboradores en el plan divino. El amor anticipado de Jesús, mostrado en su sacrificio y perdón, es el modelo a seguir. Al acoger este amor y prepararnos espiritualmente, podemos experimentar una vida transformada, plena de comunión con Dios y con los demás.
Fernando Arroba
Voluntario Radio María Ecuador